lunes, 9 de febrero de 2009

ARROYO EL CUCARÓN II


ARROYO EL CUCARÓN
A las 3.10 horas de la madrugada del domingo 10 de junio de 2007 se produjo una gran tormenta con fuerte aparato eléctrico y estruendo. Aunque en el pueblo solo cayeron 33 litros esa noche, al parecer, en La Atalaya, cayó mucha más cantidad. La concentración de gran cantidad de agua en poco tiempo y la fuerte pendiente existente entre el origen de la arroyada en La Atalaya y la desembocadura del arroyo El Cucarón en el río Rudrón, produjo el arrastre de tierra y piedras (algunas de más de 1.000 kg) que arrancaron de cuajo toda la vegetación que encontró a su paso, descortezó árboles y dejó sin hoja a arbustos, quedando al descubierto, en muchos tramos, la roca del cauce.
También levantó bastantes piedras del empedrado de La Calzada, en el término de Lompedrao. El puente de la ermita quedó encenagado y el agua circuló por encima de la carretera, destruyendo parte del muro de contención de la propiedad de Jerónimo. Al llegar al río, el arroyo depositó un enorme montón de sedimentos, cortando parcialmente el curso fluvial. Cuentan las personas mayores que hacía 1929 hubo otra crecida semejante de El Cucarón. En esta ocasión su virulencia afectó a los cimientos de la casa de Villa, socavando el zócalo y metiéndose en las cuadras. Entonces hubo que poner zamanzos en el hueco abierto por las aguas y sacar a los cerdos de la corte. En otra ocasión, la acumulación de derrubios en la finca de Marcelino Campillo fue tan grande que cubrió el tronco de nogales y manzanos hasta el arranque de las ramas.
























FOTOS: Jacinto Campillo C.

ARROYO EL CUCARÓN I





FOTOS: Jacinto Campillo C.

FOTOS FIESTAS DE SAN JUAN








El día 24 de junio de 2007, festividad de San Juan Bautista, patrón de Tablada, tuvo lugar la tradicional procesión por las calles del pueblo. A la cabeza desfila el pendón y a continuación la imagen de San Juan el Menor a hombros de los hombres, la pendoneta y la cruz parroquial. Detrás, el grupo de danzas de Sedano danzó al son de la música de los dulzaineros, seguido del señor cura y los feligreses. Era mediodía. El cielo estaba despejado y hacía bochorno. Por la noche se celebraron los bailes en La Plaza, aunque no duraron el tiempo previsto ya que cayó una buena tormenta que obligó a suspender el acto. FOTOS Y ARTÍCULO: Jacinto Campillo C.

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